Cuentan que por lugares extraños, existía una casa ruidosa, era una casa habitado por pequeñitos, bueno, no tan gigantes, pero sí eran en su mayoría chicos y algunas chicas, quienes se llamaban la Comunidad. Pues era en esos tiempos casi remotos a fines de siglo, de la década de los 90, más directo en el año 1997. Comenzaba un nuevo periodo de convivencia comunitaria entre los habitantes de dicha casa, como primera actividad se tenía en mente que los niños y los jóvenes fuesen al colegio, que anteriormente se lo denominaba "claustro de enseñanza", si... todos fueron inscritos al colegio, las notas del primer trimestre empezaron a llegar, se notó que una gran mayoría de los competidores estudiantiles lograron conquistar notas de aprobación regular.

El reino de Tres Soles aunque no tenía ni reyes, ni esclavos, era ya el temido invierno, cuando cayó la nieve con su color único y claro blanquecino y bajaba sin cesar la temperatura. Sin embargo los habitantes seguían con el mismo ánimo de lograr sus metas; porque a finales del segundo trimestre de colegio se presentaban las vacaciones invernales. Para aprovechar bien ese tiempo, se tuvo que programar una actividad vacacional, pues se tenía previsto la aventura de la caminata a Coroico de los Yungas paceños. Desde las tempestuosas montañas de los Andes se tenía que descender hasta los verdes valles selváticos. Teníamos, si recuerdo bien, en la cima la Cumbre cuando nos encontrábamos para partir, una densa bruma de niebla, pero cuando ya descendíamos se desvanecía y continuábamos bajando y bajando casi sin fin. Tardamos tres días en llegar a nuestro destino al pueblito de Coroico y regresamos en la riesgosa carretera temblando en la movilidad, porque los caminos son muy angostos y cercanos a un profundo precipicio, aunque con una vista impresionante y encantadora. Así concluyó nuestra aventura.

El fin del año se aproximaba, pasó el día de "Todos Santos" que se pasa haciendo muñecos de masa o más conocidos como t'antawawas (muñecos de pan). Se hicieron varios de esos ejemplares entre los participantes. Como se acercaba también Navidad se empezó a diseñar y a armar un lugar para el niño Jesús, el llamado pesebre, con lucecitas multicolores. También adornamos el árbol con regalitos, sí, todo era súper bonito y pasamos esta Navidad como si la felicidad hubiese estado siempre con nosotros y el año nuevo siempre nos hubiese traído prosperidad.